Una puerta corriente lo único que necesita es que se limpie cada cierto tiempo para evitar la acumulación de la suciedad. Pero la situación cambia mucho cuando se trata de puertas industriales con mecanismos más complejos.
Como parte de nuestro compromiso en Doorme y con la total satisfacción del cliente, proporcionamos un servicio de reparación y mantenimiento de primera clase, para mantener las puertas en buenas condiciones, asegurando una alta eficiencia y un funcionamiento fiable.
Gracias a nuestra experiencia hemos comprobado que somos capaces de restaurar las puertas para que funcionen de forma satisfactoria, independientemente de su antigüedad, estado o tipo de puerta, que van desde cristal, garaje hasta industrial.
Durante el trabajo se pueden reemplazar piezas antes de que se averíen por completo para prevenir un fallo a futuro. También se verifica que los sistemas de detección de movimiento estén funcionando bien, y que la parte eléctrica no presente ningún fallo. Además, el técnico va a volver a ajustar las conexiones eléctricas y los tornillos.
Esto elimina las averías que pueden aparecer debido al uso, además de alargar la vida útil de la puerta. Se trata de un servicio relativamente barato considerando que una puerta automática de cualquier tipo es sumamente costosa.
Las normativas
El uso y mantenimiento de las puertas industriales y de garaje están regulados por las normativas pertinentes que buscan resguardar la seguridad de sus usuarios. Siempre se deben hacer trabajos siguiendo las normas correspondientes para garantizar que vayan a funcionar bien las puertas, lo cual incumbe tanto al propietario como a la empresa que hace la instalación y el mantenimiento.
Aquí se deben tener en cuenta normativas en el área de la construcción, ya que las puertas son elementos constructivos. También existen leyes que intervienen en la prevención de los riesgos laborales, en las que todas las puertas motorizadas y manuales están reguladas.
Todas las operaciones relacionadas las debe hacer un personal técnico autorizado ya que se trata de cuestiones de seguridad. No se trata solo de que la puerta sea útil, sino de que un fallo en un momento inoportuno puede poner en riesgo el bienestar de los que estén cerca.
Además, el usuario tiene la obligación de hacer un mantenimiento cada año y una revisión cada 6 meses al menos. Esto sirve para llevar un control exhaustivo del estado de la puerta, y para arreglar todo lo relacionado antes de que la puerta tenga un fallo considerable, para ello es imprescindible hacer un mantenimiento apenas se note un desperfecto.